Y sí! porque hablamos más que ellos.


El porque hablamos más que ellos tiene un sentido significativo:  Cuando se nos presentan la oportunidad de hablar con ellos, recordamos y contamos hasta el más mínimo detalle de lo ocurrido en esa historia que estamos relatando, casi ni dejamos que ellos hablen o digan algo.

Las mujeres hablan más que los hombres. Es Verdadero. Neurocientíficos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland lo atribuyen a que las áreas relacionadas con el habla en el cerebro femenino cuentan con un 30 % más de FOXP2, la llamada proteína del lenguaje. Otros estudios apuntan que en la mente de ellas existe más conectividad en áreas preparadas para aprender idiomas, decir palabras y entender la modulación de la lengua (prosodia).

El hablar más que ellos es un punto a favor de nosotras cuando discutimos, porque casi siempre ellos callan ante tantas cosas que decimos, los envolvemos en todas esas historias, somos capaces de recordar cosas que ellos pretendieron que ya se habían olvidado. 

Y es que a los hombres se les olvidan más las fechas. Es Verdadero. Un estudio noruego de Jostein Holmen reveló que ellos tienen problemas sobre todo para recordar nombres y fechas, pero también los detalles de una conversación o lo que hacían hace un año. Otro estudio de la Universidad de Estocolmo mostró que las mujeres recuerdan mejor las palabras y los acontecimientos cotidianos, mientras que los varones suelen ser más hábiles a la hora de memorizar las calles por las que han pasado.

 Sin entrar en consideraciones o tópicos sexistas, cada vez son más las razones que la ciencia va encontrando que explicarían que la mujer hable mucho más: 

  • Mayor número de conexiones cerebrales entre los dos hemisferios que facilitan que pueda hablar y realizar otras tareas al mismo tiempo.
  • La región cerebral responsable del lenguaje es más amplia. A la mujer se le atribuye más intuición, mejor memoria y mayor desarrollo del lenguaje y del pensamiento analítico. Ellos ganan en coordinación, deducción matemática y control motor.
  • Los estrógenos, hormonas femeninas por excelencia, activan esas conexiones desde la infancia. La testosterona, presente en mayor cantidad en los hombres, las frena. Debido a esta actividad hormonal, las mujeres estarían mejor preparadas para realizar tareas vocales y conductas simbólicas. Los hombres, actividades espaciales y motoras.

  • Sus fluctuaciones neurológicas originan un vaivén imprevisible de pensamientos y emociones que se expresan en palabras.
  • Presenta dosis mucho más generosas -hasta un 30% más- de la proteína FoxP2, también conocida como proteína del lenguaje. Es uno de los últimos hallazgos que llegan de la Universidad de Maryland, en Baltimore. 
  • El lenguaje activa los centros de placer en su cerebro, sobre todo al compartir amores y desamores o aventuras y desventuras sexuales. El lenguaje es el pegamento que conecta a las mujeres.
  • Su verborrea (una alteración cuantitativa del flujo del lenguaje, que se caracteriza por la aceleración y prolijidad del discurso y la dificultad para ser interrumpido) le sirve de reclamo emocional para ayudarle a alcanzar el orgasmo. Al contrario que ocurre con el lloriqueo o el lamento que echan por tierra la libido masculina, según comprobaron investigadores del Instituto Weizmann de Ciencia (Israel), las palabras podrían resultarle innegablemente efectivas en el momento del coito para llegar al orgasmo, como ha quedado patente en el último Congreso de Sexología, celebrado en Córdoba.
  • Emocionalmente, necesita la palabra para aliviar el estrés. Esto hace que, por ejemplo, ante un conflicto, el instinto masculino incite a resolverlo. Al hablarlo, la mujer no busca solución, ni siquiera respuesta. Sólo quiere aplacar su preocupación.
  • Hablar le ayuda a concretar su habilidad para leer emociones y estados de ánimo.
  • Presión evolutiva. Durante generaciones, la cultura y la educación han reforzado esas diferencias entre el cerebro masculino y femenino.


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