Cuando tú amor propio es grande, es totalmente seguro que amas a otros de una forma pura y fuerte, el amarse uno mismo es difícil pero no imposible, hay partes de nuestro cuerpo que muchas veces no nos gusta, o nuestro carácter, la forma de ser en general, pero cuando te das cuenta que eres diferente a todos, te aceptas tal y como eres empiezas a quererte.
Querer a otros de una forma pura y real es difícil porque no sabes si lo haces bien o mal, pero tu amor propio permite que el cariño brindado a los otros sea espontaneo, sincero y de calidad, no existirán momentos en donde tengas que ocultar o mentir, simplemente todo pasara de una forma tranquila y la paz que generaras será grande.
El amor propio es la aceptación, el respeto, las percepciones, el valor, los pensamientos positivos y consideraciones que tenemos hacia nosotros mismos y que puede ser apreciado por quienes nos rodean.
El amor propio depende de nuestra voluntad para querernos, no de quienes están a nuestro alrededor ni de las situaciones o contextos en los cuales no desenvolvemos. Es el reflejo de cómo es la relación y los sentimientos que tenemos por nosotros mismos, hacia nuestro físico, personalidad, carácter, actitudes y comportamientos.
Cuando los individuos reconocemos el amor apropio, es porque se ha alcanzado un equilibrio entre el estado anímico y nuestra autoestima. Ese equilibrio se proyecta al exterior como un sentimiento de bienestar que se expresa de diversas maneras y se goza.
En general, se dice que antes de amar a otra persona primero debemos amarnos a nosotros mismo para así saber valorarnos, reconocer que merecemos cosas buenas y bonitas a lo largo de la vida y que somos dignos de amar y ser amados.
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