Adoptando personalidades diferentes a como somos en realidad.
Segun Nahum-Montagud, las diferencias psicológicas entre hombres y mujeres siempre han despertado interés, no solo de los psicólogos de la personalidad, sino también filósofos, artistas, médicos y muchos más.
La imagen tradicional en Occidente es la de que los hombres son menos sensibles que las mujeres, con mayor grado de estabilidad emocional. La mujer ha sido asociada con la ternura, la calidez, la empatía y simpatía, mientras que el hombre es visto más como una persona dura y distante. Además, y de acuerdo con el pensamiento colectivo, el hombre con rasgos tradicionalmente femeninos o la mujer con los masculinos, en los casos más sexistas, son vistos como menos hombres o menos mujeres, respectivamente.
Dentro del estudio de la personalidad, la conceptualización más utilizada es la propuesta por Robert McCrae y Paul Costa, el Modelo de los Cinco Factores. Este modelo divide la personalidad en cinco dimensiones: neuroticismo, extraversión, apertura a la experiencia, cordialidad y responsabilidad. Cada una de estas dimensiones se compone de facetas, las cuales ayudan a precisar, hilando delgado, la personalidad de la persona.
Dentro de la extraversión hay varias facetas, entre las cuales podemos coger como ejemplos la asertividad y las emociones positivas. Dos personas pueden ser, en términos cuantitativos, igualmente extravertidas, pero una puede ser más asertiva mientras que la otra puede disponer de más emociones positivas.
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